México ¿el país del futuro?

In Viajes

 

Texto y fotos de Julie Sopetrán 

Hace unos días, una familia española, me pedía que le hablara de México, que si les recomendaba ir de vacaciones y cuál sería el lugar indicado para visitar. Mi respuesta fue clara, inmediata. Cualquiera de las ciudades coloniales, les dije. Se quedaron sorprendidos y me dijeron que por qué se llamaban así y cuáles eran esas ciudades. De esta forma me di cuenta de la distancia que separa a los dos países y, que por tal motivo, surge la ignorancia que tenemos en España de México.

Cuando me dijeron “háblanos de México”, acudieron a mi mente experiencias de mis viajes y ese entusiasmo que mezcla lugares y cosas, gentes y costumbres. Luego, me di cuenta de lo fácil que es para mi hablar de México, desde ese momento que comencé a conocer y amar este país.

Hablo de ciudades coloniales refiriéndome a la ciudad de México, Veracruz, Tlaxcala, Puebla, Guerrero, Morelos, Querétaro, Guanajuato, Michoacán, Jalisco, Nayarit, El Sur de la Baja California, San Luis de Potosí, Zacatecas, Coahuila, Campeche, Yucatán, Quintana Roo, Oaxaca, Chiapas, Tabasco… Todos estos lugares ofrecen al viajero una gran oferta de posibilidades para pasarlo bien y conocer el resultado de esa expansión y dominación colonial histórica que se desarrolló en el territorio de la Nueva España. Su riqueza cultural es incalculable, tanto por sus monumentos, como por su valor urbano y artístico.

Todavía hoy, mucha gente cree que México pertenece al Sur o a Centro América. Cuando afirmo que forma la parte meridional de Norte América, me miran sorprendidos, sí, claro, los mexicanos también son norteamericanos. El área que comprende México, es de casi dos millones de kilómetros cuadrados (1.958.201). (O sea 759.529 square miles). En línea recta se puede recorrer una distancia de más de tres mil kilómetros, desde el extremo norte a la Baja California, hasta la desembocadura del río Suchiate, en el extremo sudeste. Es la quinta nación más grande del continente americano y la octava más grande del mundo. Su mayor anchura mide 2.070 kilómetros desde Tijuana a Matamoros y su mayor estrechez se encuentra en el Istmo de Tehuantepec, que tiene solamente 215 kilómetros. La pequeña República de Guatemala, cabría más de 17 veces en México. Como curiosidad, pensemos que Colombia y Venezuela unidas, completarían la extensión de México. Durante tres siglos a México, se la llamó colonia española (1521-1821). Un territorio nada más y nada menos que de casi dos millones de kilómetros cuadrados. A los europeos, nos cuesta hacernos la idea de tanto espacio.

La palabra México, es Mexitli, nombre de uno de los sacerdotes aztecas que fundaron la ciudad hacia 1325. El afijo co denota lugar o poblado que equivale a Ciudad de Mexitli.

Situado México en el hemisferio Norte, entre los paralelos 14º 28´y 32ª 43` 30″, la cruza por el centro, el Trópico de Cáncer. La mitad es zona tórrida y la otra mitad templada. Su forma es como un polígono cóncavo muy irregular, yo lo definiría como un cuerno de la abundancia de donde salen ríos, montañas, volcanes, mesetas, llanuras y gente maravillosa.  Su situación es privilegiada entre el Centro y el Sur. Bañada por el Pacífico, el Golfo de México y el Mar de las Antillas, estos dos últimos no dejan de ser el Océano Atlántico.

Vecinos de México son los Estados Unidos, Guatemala y Belice. Actualmente cuenta con 140 puertos. Su población supera ya los 110 millones de personas. Existe una gran diversidad de lenguas que para nada entorpecen el español hablado en todo el país. En México se hablan más de 54 lenguas diferentes nativas, como el Náhuatl, Maya, Zapoteca, Mixteca y muchas más. La mayor parte de los mexicanos son mestizos. Existen unos cincuenta habitantes por kilómetro cuadrado y el incremento de natalidad es de casi un dos por ciento. México es un país joven, el país del futuro, ya que un 38, 3 por ciento tiene menos de quince años.

Cuando le dije a esta familia española interesada por México, que la ciudad de México, lo que se llama DF, Distrito Federal, cuenta hoy con más treinta millones de habitantes, se quedaron mirándome fijamente, sorprendidos. Por ejemplo, la ciudad de Guadalajara, mexicana, casi triplica a la ciudad de Madrid en habitantes. Otras ciudades grandes de México son: Monterrey y Puebla.

Su clima es muy variado, a mi me encantó Cuernavaca, ciudad a la que llaman “La ciudad de la eterna primavera”, también Morelia, Oaxaca, tienen un clima muy agradable.

Junio y septiembre, son meses de lluvias. México disfruta de un clima privilegiado durante todo el año, por ello la afluencia turística sigue creciendo. Cuando yo vivía en California, hace unos años, México era el octavo lugar del mundo en renta per cápita. Su moneda es el Peso Mexicano. Su religión se calcula que, a pesar de la libertad religiosa,  el 89,7 de la población, es católica.

Para el mexicano el símbolo de patria, es como un emblema. Su bandera es tricolor. Los tres colores significan: el verde, la independencia; el blanco, la pureza de la religión católica y el rojo, la unión  de los mexicanos y los españoles. Su escudo es “un águila parada sobre un nopal que nace de una peña en medio de una laguna, aprisionando con su garra derecha, la serpiente, en actitud de despedazarla con el pico. Por la parte inferior orlan el blasón, dos ramas cruzadas y enlazadas, una de laurel y otra de encina.”

En el lugar donde llegaron los aztecas, 1325, allí se edificó la ciudad de Tenochtitlán. Como España, México fue invadida por varias culturas y sus primeros pobladores, tal vez fueron chinos. La antropología comparada, así lo confirma. Llegaron pueblos, por la Baja California y así se fueron internando por el resto del país. Los asiáticos y los polinesios dieron, tal vez, origen a los primeros pobladores llamados otomíes, olmecas, mayas, zapotecas, tarascos, nahuas y las diversas tribus de toltecas, zapotecas, etc., de este hermoso país.

Hoy podemos contemplar sus monumentos arqueológicos, tanto en el centro como en el sudeste y en la península de Yucatán. Esos monumentos los dejaron los mayas, los nahuas y los zapotecas. Son habitaciones, templos y fortificaciones, pirámides y montículos bellísimos, esculturas , cerámicas, sepulcros, grutas jeroglíficos…

A veces, los templos están encima de las pirámides donde se iniciaban las construcciones de cámaras subterráneas que servían de tumbas.  También se encuentran glifos y numerales, que demuestran el conocimiento de la escritura y el calendario, como el azteca, maya, etc..

¿Qué podemos pensar del pueblo maya ante las ruinas de la Plaza de las mil columnas en Chichén-Itzá o ante las filigranas arquitectónicas de las paredes en el Palacio de Mitla en Oaxaca, o las tumbas de Monte Albán o ante la belleza de Thintzuntzan del pueblo purépecha?

Sí, hay que visitar estos lugares, para tener un conocimiento de México, para sentir su historia a través de sus gentes. Una población con desigualdades notorias, ya que existen el grupo blanco, compuesto por europeos y sus descendientes, el grupo indígena y el grupo mestizo. También podemos encontrar el grupo de negros, mulatos y zambos y el grupo de chinos, japoneses, sirios, libaneses, turcos, judíos. Pero México no es un pueblo que mantenga el odio de las razas, no se da en México la xenofobia, al menos en lo que yo he observado. Podemos ver, por poner un ejemplo, en cualquier oficina, trabajando en armonía a un blanco, ya sea criollo o europeo con un mestizo, en cuanto a los indígenas viven en trato amable con el resto de la población. Todos tienen los mismos derechos. No llegará al millón de indígenas en México, que viven aislados en pueblos de montaña o poblados alejados, pero aún éstos tienen ya comunicación apacible con la sociedad y especialmente con los turistas que cada día se acercan más a ellos.

En uno de los Tianguis Turísticos de México, al que asistí en Acapulco, la que entonces era Secretaria de Turismo de México, dijo que sólo Acapulco recibía a más de 24 millones de turistas. México tuvo un gran crecimiento porcentual que era el doble de la tasa de crecimiento internacional. Hoy ha cambiado, los narcos han entorpecido mucho la llegada de turistas a estos lugares. Esperemos que cambie ya que el turismo era una de las industrias con más rápido crecimiento de entre todas las del país.

¿Por qué la gente quiere viajar a México? Porque México es sin duda un país en expansión. El paisaje, el clima, las costumbres, las fiestas, sus gentes, el peso mexicano, todo ello en conjunto, ejercen un mercado muy atractivo. México es un país de coloridos positivos. La hospitalidad, la música, las artesanías, el buen servicio hotelero que ofrecen, la gastronomía, todo ello colabora para que sea un aliciente a la hora de buscar lugares que visitar. Sí, México es un capricho muy atractivo para la gente de España, un lugar de encuentros, un espacio-paraíso para el descanso. Tiene infinidad de variantes que lo convierten, a mi modo de ver, como el país del futuro, no sólo para visitar, también para vivir y prosperar.

 

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