La Ofrenda en Tlaxcala es una comunión espiritual de la Vida con la Muerte. La ofrenda es un ritual milenario que pone en comunión espiritual a los vivos con los muertos. Una vez al año, durante el Día de los Muertos, parientes y amigos de los fieles difuntos ofrecen un banquete a las almas de los fallecidos.
A este acto se conoce como la ofrenda. Con esta ceremonia tradicional, que se celebra tanto en los hogares como en los panteones, se mantiene vivo el vínculo de relación entre las almas de aquí y las del más allá.
Concurso de ofrendas en Tlaxcala
Ciudad tranquila, con las fachadas de sus edificios pintadas en varias tonalidades rojizas, Tlaxcala realiza anualmente, desde hace más de cuarenta y cinco años, un concurso de ofrendas, que se originó gracias a una exhibición de artesanía tlaxcalteca, en la que se incluyeron varios tapetes alusivos a diferentes ciudades, al igual que una muestra de la ofrenda.
Al año siguiente de la exhibición surgió la idea de realizar un concurso estatal para lograr que tanto los individuos como las organizaciones se interesaran en la investigación de la riqueza de esta fiesta tradicional.
Al comienzo, se elaboraban ofrendas sin sujetarse a los aspectos autóctonos de la región. Pero luego se logró eliminar la afectación de los participantes, quienes poco a poco fueron expresándose como genuinos artistas, conocedores de la tradición. Ellos se dedicaron a investigar la trayectoria histórica de la ofrenda en sus respectivas comunidades, para aplicar su conocimiento e ingenio a motivos locales y personales.
Así es como, prácticamente, se ha creado una escuela para esta actividad tradicional. La ofrenda es un ritual que pertenece a la religiosidad popular. Es un acto que tiene validez mística donde el sacerdote es el más anciano de la casa, quien se encarga de levantar la ofrenda, según una explicación ofrecida por el maestro Desiderio Hernández Xochitiotzin, en el año 2003 cuando tuve el privilegio de entrevistar a este conocido pintor, cronista y muralista de la ciudad, quien compartió conmigo los fundamentos tradicionales que le dan validez a la ofrenda.
De todos los actos que celebran el Día de los Muertos, es tal vez en la ceremonia de la ofrenda donde se manifesta más marcadamente el sincretismo de las culturas hispana e indígena. “Lo único que hicieron los frailes españoles, durante la época de la Colonia” fue cristianizar o bautizar a los nativos para tratar de suprimir sus cultos y sus dioses. Pero lo que pudo sobrevivir, sobrevivió”, comentó en esa ocasión el maestro Desiderio Hernández Xochitiotzin al mostrar las ofrendas.
Ésta debe contar con elementos naturales como flores y como ofrendas una variedad de frutas frescas, el pan de muerto (hojaldras) y el mole de guajolote o pavo, lo cual deben consumirse totalmente. El día 2 de noviembre se levanta la ofrenda dando lugar a un intercambio de ellas entre compadres y amigos, entre casa y casa. Quienes participan en el intercambio consumen lo ofrecido. Este acto de consumo es el rito en el cual reside la comunión espiritual entre las almas de este mundo y del otro.
