Información en la Exposición de la Ofrenda Magna de la Ciudad de México
Fotos por Mary J. Andrade
La forma, el color y la fragancia de los panes son parte del espacio místico que se crea alrededor de la ofrenda;
la penumba, el copal y las parpadeantes ceras, lo enfatizan. Comerse los panes una vez terminada la ceremonia, es también en algún sentido una comunión; así nos comemos a la muerte, la volvemos parte de nosotros mismos.
El atole, el pozol, los tamales, las tortillas y muchos otros platillos y delicias preparadas con maíz son parte de la comida de la ofrenda.
Las frutas por lo general se cuelgan en el arco o portal en que se enmarca la ofrenda. Ahí podemos encontrar cañas, naranjas de las llamadas ombligonas, plátanos de distintas variedades: morado, bolsa, roatan y otras frutas de acuerdo con la región.
En las ofrendas de Tabasco pueden verse las mazorcas de cacao doradas y de vivo color anaranjado.