Información en la Exposición de la Ofrenda Magna de la Ciudad de México
Fotos por Mary J. Andrade
De las celebraciones que se realizan en México, la de los muertos tiene un relevante significado y adquiere gran importancia en el calendario ritual y de fiestas.
En ella se considera que las almas de los parientes fallecidos regresan a casa para convivir con con los familiares vivos y para nutrirse de la esencia del alimento que se le ofrece en los altares domésticos.
Día de Muertos, como se le conoce popularmente, se practica a todo lo largo de la República Mexicana, con variants regionales; en ella participan, tanto las comunidades indígenas, como los grupos mestizos, urbanos y campesinos.
Según la creencia del pueblo, el día primero de noviembre se dedica a los muertos chiquitos o angelitos es decir, aquellos que murieron siendo niños y el día 2, a los fallecidos en la edad adulta. En algunos lugares, el 28 de octubre corresponde a las personas que murieron a causa de un accidente. En cambio, el 30 del mismo mes se espera la llegada de las almas del limbo donde se cree que están los niños que murieron sin haber recibido el bautizo.
El ritual de Día de Muertos conlleva una gran trascendencia popular, su celebración comprende muy diversos aspectos desde los filosóficos hasta los materiales. Las manifestaciones culturales que de ellos se desprenden son multiples y muy diversas, tantas como la imaginación y la creatividad del pueblo lo permite.
El objetivo del Museo Nacional de Culturas Populares es presentar una muestra de lo que acontece y se produce, durante esta fecha tradicional de milenaria antigüedad en México.