LA LOCA CHINGADA
Hoy me enteré que a la muerte
le gustan los girasoles;
se los pone como adorno
cuando pasea la noche.
Viste de mármol marrón
callejea por las calles;
patea todos los zocos
ostentando sus collares.
Altiva, esbelta, ajustada
de caderas y cintura;
encubre tras su pamela
desmedida dentadura.
Cuello largo, dedos finos
ojazos de calavera;
ella se cree muy guapa
pero te digo que es fea.
Para adornar su semblante
la vemos con dos aretes;
de esa manera se alegran
un poco sus pareceres…
Pero el cuello la delata
con sus argollas huesudas;
aunque se ponga colgante
no adorna su desmesura.
Y también lleva pulseras
hechas de barro macizo;
destacando en su apariencia
el sujetador postizo…
Así es la Loca Chingada
no te fíes de su aspecto;
porque va muy ataviada
disimulando sus huesos.
©Julie Sopetrán