Canto, canto, porque me duele el llanto
y el misterio me zumba la cabeza;
con mis manos recreo la belleza
y por eso canto y canto y canto tanto…
…tanto como una noche de quebranto:
que entre aromas de la naturaleza
la queja de la música es pureza
que brota en la palabra de mi canto.
Me seduce la sensación, tan bella
de revivir la corta trayectoria
que se parece al grito de una estrella.
Es mi carta de Amor recordatoria,
yo sé que mi canción le llega a ella
porque pongo mi alma en su memoria.