Por Mary J. Andrade
A noventa minutos por carretera y al sur del puerto de Veracruz, la ciudad de Tlacotalpan, con sus viviendas pintadas con colores vivos a la vez que tonos pasteles, cubiertas con rojos tejados, ventanas enrejadas y portones de madera labrada, extiende ante nuestra mirada sus amplias calles adoquinadas invitándonos a recorrerla a pie, despacio, admirando su arquitectura y las fachadas de sus casas que alegran la vista.
Patrimonio Cultural de la Humanidad
Declarada como Zona de Monumentos Históricos en 1986 y como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1998, a Tlacotalpan se la conoce también como “La Perla del Papaloapan” por su ubicación geográfica y la belleza de su arquitectura. Al recorrerla no se puede dejar de admirar los arcos y columnas de las casas que invitan a dejarse llevar por la imaginación. Por ejemplo, sería una experiencia muy agradable y personal, detenernos y colocar una mecedora en uno de sus portales, sentarnos y disfrutar del momento viendo pasar a sus habitantes, quienes utilizan bicicletas como medio de transporte. Estudiantes, amas de casas y vendedores se valen de ellas para acortar las distancias de manera rápida.
Papaolapan o Río de las Mariposas
El nombre de la ciudad se deriva de la palabra nahuatl Tlaxcotaliapan, que quiere decir “En el medio de la tierra” o “Tierra entre aguas”. Antes de la llegada de los españoles, el lugar estuvo habitado por los totonacas hasta el siglo VI de nuestra era, luego entre los siglos VIII y IX por los toltecas. Tlacotalpan es una ciudad que ha florecido junto al río Papaolapan o Río de las Mariposas, que nace en las Sierras de Puebla y Oaxaca y realiza un recorrido de 446 kilómetros hasta Tlacotalpan. La palabra Papaolapan se deriva del nahuatl papaola que quiere decir mariposa y pan que significa río. “Anteriormente, cuando no existía tanta contaminación, se criaba en el río una pequeña larva de mariposa muy similar a la Monarca y era un espectáculo muy hermoso verlas nacer, como si surgieran de las profundidades”, nos dice Fernando Lara.
Primeras incursiones españolas
Las primeras incursiones españolas en tierra veracruzana llegan conducidas por cuatro personajes: Juan de Grijalva, Alonso Dávila, Francisco de Montejo y Pedro de Alvarado. Pedro de Alvarado navega el Papaolapan para explorar el territorio que bañan sus aguas y descubre el que hoy es el puerto de Alvarado. Decidiendo continuar por el río, encuentra a un grupo de pescadores que le regalan la pesca del día como señal de bienvenida.
Alvarado regresa al puerto de Veracruz informándole a Juan de Grijalva la existencia de este pequeño poblado, que prometía ser uno de los más grandes de la Nueva España. Cortés funda aquí el primer trapiche que hubo en estas tierras, para elaborar azúcar.
En el siglo XIX, el río fue la vía de comunicación por la que subían vapores de ida y vuelta a Europa, llevando pasajeros y productos de la región. Con el establecimiento de la ruta del ferrocarril, del Itsmo de Tehuantepec a Veracruz y más tarde hacia Coatzacoalco, Tlacotalpan deja de ser un centro comercial fluvial lo que de alguna manera perjudica y a la vez favorece a la ciudad, de acuerdo a la opinión de sus habitantes. Según ellos Tlacotalpan no creció como ciudad, pero gracias al aislamiento se han preservado los edificios civiles y coloniales. Cada sección de la ciudad conserva muy bien cuidadas las casas que recuerdan una época pasada, manteniendo lo que se conoció como la parte donde habitaban los españoles y el barrio, conocido como La República Natural, donde vivía la población indígena.
Acogedora, elegante y jaranera
Los habitantes de Tlacotalpan acogen alegremente al visitante, a tal punto que las puertas y ventanas de muchas de sus viviendas permanecen abiertas durante el día, permitiendo observar un estilo elegantemente antiguo en la decoración de las habitaciones, con amplios patios donde la vegetación de la región florece en macetas, colocadas estratégicamente para crear ambientes muy acogedores y apacibles. En cuanto a la producción artesanal, los tlacotalpeños han desarrollado una artesanía muy reconocida en la construcción de muebles finos de madera de cedro, con fiel representación, aunque perfeccionada, de estilos antiguos.
La fiesta de la Virgen de la Candelaria
La fiesta más importante es la celebración en honor a Virgen de La Candelaria que se realiza el 2 de febrero. La imagen llegó a Tlacotalpan en 1776 y a diferencia de otras figuras religiosas de todo el mundo, la que se venera en esta ciudad tiene al Niño Dios acostado en sus brazos.
El 31 de enero se inicia la celebración con una cabalgata tradicional, donde alrededor de ochenta parejas de jarochos, luciendo sus trajes típicos y las monturas de sus caballos, desfilan por las calles de la ciudad.
El primero de febrero se hace una pamplonada, al estilo español, soltando seis toros bravos que recorren la ciudad y el 2 de febrero los creyentes sacan a la Virgen de la Candelaria y la llevan a hacer un recorrido por el río Papaloapan. Es un desfile que se realiza de punta a punta de la ciudad, con la creencia de que la Virgen purifica las aguas del río y que la brisa limpia la atmósfera de la ciudad de Tlacotalpan. El programa de la festividad, que concluye el 9 de febrero, incluye encuentro de jaraneros, peleas de gallo, regatas, una fiesta taurina, bailes populares, exposiciones artesanales y muestra gastronómica.
La gastronomía de la ciudad es ampliamente conocida y servida en diferentes restaurantes, en los que predominan los platillos preparados con mariscos. En cuanto a las bebidas tradicionales, “ Toritos” y “Jobos”, elaboradas con fruta y alcohol, se las pueden degustar en el bar y museo “Blancanieves”, cuyo nombre tiene una historia muy simpática, relacionada con la amistad del extraordinario compositor y poeta Agustín Lara y su entonces propietario, Tobías Carbajal Rivera.
Tierra de leyendas, tradiciones y del espíritu acogedor de sus habitantes hacen de Tlacotalpan un destino muy grato.
Las personas interesadas en obtener mayor información pueden visitar la página: www.veratur.gob.mx o escribir al correo electrónico: ovc@veracruzovc.com.mx
En la ciudad de Veracruz la Oficina de Visitantes y Convenciones está localizada en el Bulevar Adolfo Ruíz Cortines 3497 Col. Ylang Ylang C.P. 94298, Boca del Río, Ver. El número del teléfono es 2299230391 y 92.